lunes, 5 de marzo de 2018

Hora de clásicos: El fantasma de Canterville

Holiii. Hoy vengo con una nueva sección! Hace un tiempo que tenía ganas de hablarles de algunas obras y clásicos desde un lado un poco más "complejo" que una simple opinión/reseña. No estoy segura de qué tantos clásicos entrarán en esta sección o si la voy a mantener activa constantemente. Pero espero que les guste! Por si no saben estudio Profesorado en Lengua y Literatura así que he abordado algunos clásicos desde textos y estudios más específicos en las distintas Literaturas que he tenido como materias. 
Para inaugurar esta sección les quiero comentar algunas cosas sobre un cuento muy popular de Oscar Wilde. Lo que leerán a continuación son partes de un ensayo que hice para Literatura Inglesa el año pasado. Pero lo adapté para que no se incluyera la teoría de algunos textos y otras cosas. Así que comencemos!


Un fantasma ronda por los cuartos de un viejo castillo de Inglaterra durante ya trescientos años. Por las noches se escucha el ruido de sus cadenas crujiendo en el suelo y manchas de sangre surgen misteriosamente a su paso. Parece ser que su única motivación después de la muerte es atormentar a aquellos que se atrevan a vivir allí. Ha logrado espantar a duquesas, doncellas, amas de llaves, sirvientes y grandes señores en estos largos años. Pero con la llegada de una buena y honrada familia americana, los planes de este fantasma comenzarán a cambiar.

Todos estos elementos te llevan a pensar en las típicas historias de terror, o concretamente en el famoso género gótico que tanto tanto entretuvo a los lectores de la época victoriana. Sin embargo en el cuento del que vamos a hablar lo primero que atrapa al lector es su humor e ironía. ¿Humor en una historia que debería generar miedo y terror? Esto solo lo puede producir un autor tan controversial como Oscar Wilde.

Hoy les estoy hablando precisamente de El fantasma de Canterville, uno de los cuentos más populares y reconocidos del autor. Como dije su principal característica es su humor irónico y cínico, su absoluta parodia a la narrativa gótica. Este género es conocido por sus ambientes lúgubres y seres paranormales, por la sangre, el dolor y el horror. Pero, aunque en el cuento hay una alusión al gótico por la ambientación y el recurso del fantasma, los hechos en vez de infundir terror provocan risa. E incluso cierto grado de compasión hacia el fantasma. Los sentimientos y villanos se invierten en esta narración gracias a los recursos que se ven parodiados.

A pesar de elegir como principal escenario un castillo y tener descripciones de los lugares a modo de las grandes novelas góticas: con bosques, noches tormentosas y relámpagos; nos encontramos al mismo tiempo con motivos tales como la primera aparición del fantasma frente al señor Otis:
Míster Otis se calzó las zapatillas, cogió un frasquito alargado de su tocador y abrió la puerta.
Frente a él se encontró, iluminado por el pálido claro de luna, a un anciano de aspecto terrible.
Sus ojos parecían carbones encendidos. Una larga cabellera gris caía en mechones revueltos sobre sus hombros. Sus ropas, de corte anticuado, estaban manchadas y en jirones. De sus muñecas y de sus tobillos colgaban unas pesadas cadenas y unos grilletes oxidados.
-Mi distinguido señor -dijo míster Otis-, permítame que le ruegue encarecidamente se engrase esas cadenas. Le he traído para ello una botellita de engrasador «Tammany-Sol-Naciente». Dicen que una sola aplicación es eficacísima, y en la etiqueta hay varios certificados de nuestros teólogos más ilustres que dan fe de ello. Voy a dejársela aquí, al lado de los candelabros, y tendré un verdadero placer en proporcionarle más, si así lo desea.
Dicho lo cual, el ministro de los Estados Unidos dejó el frasquito sobre una mesa de mármol, cerró la puerta y se volvió a meter en la cama.
El fantasma de Canterville permaneció algunos momentos paralizado por la indignación.
El pragmatismo del personaje irrumpe en la escena y provoca que el fantasma pierda su esencia terrorífica. Y la gracia se multiplica cuando vemos como Wilde parodia tan bien la personalidad de los americanos, centrados en el materialismo y viéndose como una futura potencia capitalista.
La empatía que comenzamos a sentir por el fantasma se intensificará cuando vemos que no da nada de miedo. Sufrirá las travesuras de los pequeños gemelos y el propio fantasma se asustará de ellos.

Ya desde el principio del cuento se observa que la familia no toma en serio la idea de que haya un fantasma en el castillo e incluso aunque hubiera uno, lo consideran como un objeto más que adquieren junto con la vivienda. A su vez más adelante, al advertir una misteriosa mancha de sangre que se encuentra en la biblioteca, el hijo mayor inmediatamente y con naturalidad procede a utilizar un producto quitamanchas para eliminarla. Ignorando la historia macabra que les narra la ama de llaves acerca del asesinato que se cometió allí (precisamente provocado por el fantasma) y que llamaba la atención de los turistas. Una evidente referencia a que el materialismo y el utilitarismo superan a cualquier simple historia de miedo. O en otras palabras: lo material vence a lo sobrenatural.


En la figura del fantasma el autor se burla de su arraigamiento a las costumbres típicamente inglesas. Es decir que notamos una crítica social hacia el Imperio Británico, que vendría a ser algo snob y de mente cerrada. En contraposición tenemos a la familia Otis que refleja como ya dije el materialismo, egocentrismo y progresismo de la sociedad estadounidense.

Oscar Wilde fue una figura contradictoria ya que por un lado era controversial y transgredía las normas puritanas de la época, el famoso dandy que deberán asociar a su personaje Dorian Gray. Sin embargo al contrario de lo que se puede esperar... no se regocijaba en romperlas. Mostraba un costado sorprendentemente moralista y aceptaba los castigos que merecían sus pecados. Quería demostrar todo lo malo de la sociedad victoriana pero al mismo tiempo él formaba parte de esta sociedad y no podía desasirse del todo de ella. 

Esta tensión entre lo políticamente correcto y la crítica social se puede ver en el cuento.  Hay un momento de ruptura donde el fantasma de Sir Simon Canterville pasa de ser el típico espectro que quiere generar miedo, a una víctima de la familia Otis. Pasamos de la risa que nos generan las travesuras y los comportamientos de los distintos miembros de la familia, a sentir compasión y lástima por el pobre fantasma agobiado.

Y es en ese momento donde aparece con fuerza la figura de Virginia, nombre simbólico de virginidad y pureza, para encarnar todos los valores moralistas de la época. También hay que destacar que ella representa los ideales de belleza y perfección victoriana. Con este énfasis en la joven, el relato se vuelve más espiritual y serio dejando atrás los momentos divertidos.

Aquí es donde el lector entra en duda: ¿toda esta parte del cuento también es una burla hacia lo extremadamente religioso y puritano? ¿O no? Tal vez quiere imponer un personaje modélico o quizás siga siendo todo una crítica social y parodia. Como siempre.. es ambiguo.

Si hay algo claro es que la figura del fantasma está ampliamente humanizada. El lector olvida por un momento que es un ser malvado que asesinó a su esposa y se divertía atormentando a la gente, y llega a sentir empatía por todo lo que está sufriendo. Mientras que por otro lado la familia Otis (exceptuando a Virginia) se torna más fría y malvada que el propio fantasma de un asesino. Un curioso cambio de papeles que provoca desconcierto a la hora de determinar quiénes son los villanos en el cuento. 

El autor nos da un fuerte mensaje de que parece ser que en la sociedad el dinero y utilitarismo están prevaleciendo por encima de lo espiritual y los valores. Una crítica social (revestida de humor e ironía) que incluso sigue siendo vigente en la actualidad. También los prototipos de la sociedad inglesa y estadounidense se mantienen.. es por esto que nunca nos cansaremos de leerlos siendo llevados al extremo. 
Estas temáticas y críticas nos siguen movilizando hasta hoy en día y nos causan la misma gracia que les causaron a los lectores de la época de Wilde. Es por esto que es importante seguir leyendo y disfrutando estos clásicos que nunca se vuelven viejos.




Y eso es todo!! ¿Han leído algo del autor? También leí El retrato pero creo que es muuucho más complejo y difícil de hablar en esta sección xD ¿Les gustó la nueva sección? Los leo en los comentarios.

1 comentario:

  1. Hola Anto, acá tu seguidora número 1 jajaja. Siempre es bueno leerte <3 Justo hoy escribí un post de un libro de Wilde.
    Me encantó el post. No sabía que estudiabas letras, re linda carrera, tengo muchos recuerdos lindos de las clases de literatura del secundario :)
    Este libro lo leí cuando tenía 10 años y lo amé. Hasta me acuerdo que nos tomaron un examen y me saqué un 10 jajaja.
    Me re gustó como escribiste la entrada, se nota una diferencia con tus otros post y está buenísimo, así se nota bien la diferencia entre una sección y otra :) Además te quedó super profesional. Me encantó y me encantaría leer más clásicos analizados así. Un beso.

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